Facunda, la princesa vagabunda
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En el Reino de Calabacín vivía un mago malo llamado Crispín. El día que nació la princesita Conchita, una niñita muy bonita. El mago Crispín, del castillo se la llevó y en un chamizo inmundo, donde vivía el vagabundo Facundo, la dejo. El vagabundo. Facundo cuando la encontró, de ella se compadeció y aunque ni para él tenía de comer a iba a atender.--------------------------------------------------------------
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El rey y la reina de Calabacín, la buscaron por tierra y por mar, pero no la pudieron encontrar. Luego, aunque lo intentaron no pudieron tener más descendencia.
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El vagabundo Facundo a la princesita Conchita la bautizó con el nombre de Facunda, y al crecer se convirtió en una vagabunda.
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Facunda no tenía amigas, mas si enemigas.
Los llamaban el loco y la vaga porque ninguno de los dos trabajaba. Para decir eso tenía buen cuajo, puesto que nadie le daba trabajo, ni de cocinera, ni de campesina, ni de hilandera...
Los llamaban el loco y la vaga porque ninguno de los dos trabajaba. Para decir eso tenía buen cuajo, puesto que nadie le daba trabajo, ni de cocinera, ni de campesina, ni de hilandera...
Facunda, aunque mucha hambre pasó, creció, creció y creció y en una chica bellísima se convirtió
Para ganarse las habichuelas, bailaba para niñas, niños, mujeres, hombres, abuelas y abuelos.
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Un día danzando enfrente del castillo
la vio el rey, su padre, y la reina, su madre.
El parecido de aquella doncella, con la reina, cuando ers más joven, era asombroso, en la altura en el cuerpo, en la cara y en lo hermoso. La mandaron llamar. Le dieron un vestido de bailarina, con el que estaba divina, y la hicieron bailar.
El parecido de aquella doncella, con la reina, cuando ers más joven, era asombroso, en la altura en el cuerpo, en la cara y en lo hermoso. La mandaron llamar. Le dieron un vestido de bailarina, con el que estaba divina, y la hicieron bailar.
Bailó para ellos a puerta cerrada e una sesión bien animada.
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Al acabar la sesión y estando la reina y el rey en el salón, le dijo ella a él, acariciando su piel:
-Es nuestra hija perdida, lo supe nada más verla, mi vida.
-Se parece mucho a vos, más que sabré sí es nuestra hija es tan cierto cómo que hay Dios.
Fueron a ver a Facundo, que ya no era un vagabundo, y lo hicieron confesar como era que aquella niña a su lado fuera a parar. Facundo se puso a hablar porque nada tenía que ocultar
Al acabar la sesión y estando la reina y el rey en el salón, le dijo ella a él, acariciando su piel:
-Es nuestra hija perdida, lo supe nada más verla, mi vida.
-Se parece mucho a vos, más que sabré sí es nuestra hija es tan cierto cómo que hay Dios.
Fueron a ver a Facundo, que ya no era un vagabundo, y lo hicieron confesar como era que aquella niña a su lado fuera a parar. Facundo se puso a hablar porque nada tenía que ocultar
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Por un antojo en una cadera supieron que Facunda era Conchita, su princesita bonita.
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En el Reino de Calabacín nunca más hubo ni un vagabundo porque desde ese día le dieron trabajo a todo el mundo.
Y hasta aquí hemos llegado porque este cuento se ha acabado.
Fin
Y hasta aquí hemos llegado porque este cuento se ha acabado.
Fin
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En el Reino de Calabacín vivía un mago malo llamado Crispín. El día que nació la princesita Conchita, una niñita muy bonita. El mago Crispín, del castillo se la llevó y en un chamizo inmundo, donde vivía el vagabundo Facundo, la dejo. El vagabundo. Facundo cuando la encontró, de ella se compadeció y aunque ni para él tenía de comer a iba a atender.--------------------------------------------------------------
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El rey y la reina de Calabacín, la buscaron por tierra y por mar, pero no la pudieron encontrar. Luego, aunque lo intentaron no pudieron tener más descendencia.
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El vagabundo Facundo a la princesita Conchita la bautizó con el nombre de Facunda, y al crecer se convirtió en una vagabunda.
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Facunda no tenía amigas, mas si enemigas.
Los llamaban el loco y la vaga porque ninguno de los dos trabajaba. Para decir eso tenía buen cuajo, puesto que nadie le daba trabajo, ni de cocinera, ni de campesina, ni de hilandera...
Los llamaban el loco y la vaga porque ninguno de los dos trabajaba. Para decir eso tenía buen cuajo, puesto que nadie le daba trabajo, ni de cocinera, ni de campesina, ni de hilandera...
Facunda, aunque mucha hambre pasó, creció, creció y creció y en una chica bellísima se convirtió
Para ganarse las habichuelas, bailaba para niñas, niños, mujeres, hombres, abuelas y abuelos.
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Un día danzando enfrente del castillo
la vio el rey, su padre, y la reina, su madre.
El parecido de aquella doncella, con la reina, cuando ers más joven, era asombroso, en la altura en el cuerpo, en la cara y en lo hermoso. La mandaron llamar. Le dieron un vestido de bailarina, con el que estaba divina, y la hicieron bailar.
El parecido de aquella doncella, con la reina, cuando ers más joven, era asombroso, en la altura en el cuerpo, en la cara y en lo hermoso. La mandaron llamar. Le dieron un vestido de bailarina, con el que estaba divina, y la hicieron bailar.
Bailó para ellos a puerta cerrada e una sesión bien animada.
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Al acabar la sesión y estando la reina y el rey en el salón, le dijo ella a él, acariciando su piel:
-Es nuestra hija perdida, lo supe nada más verla, mi vida.
-Se parece mucho a vos, más que sabré sí es nuestra hija es tan cierto cómo que hay Dios.
Fueron a ver a Facundo, que ya no era un vagabundo, y lo hicieron confesar como era que aquella niña a su lado fuera a parar. Facundo se puso a hablar porque nada tenía que ocultar
Al acabar la sesión y estando la reina y el rey en el salón, le dijo ella a él, acariciando su piel:
-Es nuestra hija perdida, lo supe nada más verla, mi vida.
-Se parece mucho a vos, más que sabré sí es nuestra hija es tan cierto cómo que hay Dios.
Fueron a ver a Facundo, que ya no era un vagabundo, y lo hicieron confesar como era que aquella niña a su lado fuera a parar. Facundo se puso a hablar porque nada tenía que ocultar
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Por un antojo en una cadera supieron que Facunda era Conchita, su princesita bonita.
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En el Reino de Calabacín nunca más hubo ni un vagabundo porque desde ese día le dieron trabajo a todo el mundo.
Y hasta aquí hemos llegado porque este cuento se ha acabado.
Fin
Y hasta aquí hemos llegado porque este cuento se ha acabado.
Fin
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