El camaleón Sansón y la mariposa Rosa - Fábula
lo oyó suspirar, y así le iba a hablar: "Tiene cara de cansado, de hambriento y enfadado, debía darse un relajante baño y después dormir todo un año". "Llevo una semana sin comer y te aseguro que no sé que hacer, dormir no me iba a ayudar, lo que necesito es jalar". La mariposa, muy sentida, a consolarlo se acercó y el camaleón se la comió.
MORALEJA: Cuando el hambre ladre no te fíes ni de tu padre.
José Enrique Oti García.
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