El origen del azúcar y de la sal
Hace miles de años, en China y en el poblado d Sin Xina vivía una familia muy rica. Su líder, Li Xica, era un hombre cojo que hacía y deshacía a su antojo. Una tarde de verano mandó llamar a su hijo Li y a Xian, una joven que no era de su agrado, pero de la que su hijo estaba enamorado, y para que no se pudieran casar les iba a poner una prueba que creía que no iban a pasar. Al estar a su lado les dijo el interesado:
-Sabéis que soy un tragón, que lo mismo me como un conejo que un gorrión, mas de comer lo mismo estoy cansado, quiero comer algo que deje mi paladar asombrado. Id en busca de ese alimento que me llene de contento. Si los dos agradáis mi paladar os podréis casar.
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Ya a solas, le dijo Li a su novia Xia, a la que más que a nada en este mundo quería.
-Si no logramos agradar su paladar siempre nos podremos escapar.
-Lo que tu digas. Li, mi amor siempre te pertenecerá a ti.
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Con desagrado, y cada uno por su lado, se fueron y largos caminos recorrieron
Con desagrado, y cada uno por su lado, se fueron y largos caminos recorrieron
Li, un mañana vio en un río un molino, y a su lado un anciano que tenía a su lado una bota de vino. Era el molinero Xilero.
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Li, estaba hambriento, y suplicó por algo de alimento.
-¿Por favor, me puede dar algo de comer, señor?
-Si quieres pan, trabaja, haragán.
Li, trabajó por la cama, la comida y la bebida, y a fuerza de ayudar y sufrir, ayudó que el molinero, por casualidad , y de una caña, pudiera el azúcar
descubrir.
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Y uno por un lado y el otro por la otra esquina regresaron a Sin Xina.
Li, mandó preparar una manzana caramelizada y Xian una codorniz sazonada. Cuando Li Xica aquella maravilla probó, yan contento se quedó que la boda de su hijo y Xian aprobó y una gran fortuna les dio.
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La historia dice que quien ayudó a Li, a Xian y al molinero Severo a descubrir el azúcar y la sal, no fue el azar, no señor, dice que fue, la fuerza del amor.
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Fin
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