El cerdito Pepito y Bernarda, la angelita de la guarda
El cerdito Pepito acostumbraba a liarla parda, por eso diosito le había puesto una angelita de la guarda.
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La cerdita lo protegía de todo momento peligroso,
como cuando se metió con un oso que un atardecer estaba robando miel para comer.
El oso lo miró y le espetó:
como cuando se metió con un oso que un atardecer estaba robando miel para comer.
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-Ladronzuelo, deja de robar el trabajo de unos animales tan especiales- le dijo el canijo.
-¡Lárgate de aquí si no quieres que de un zarpazo te descoyunte un brazo!
-No tengo brazos, matón, pero tengo un cabezón con el que te voy a embestir hasta hacerte de tu tropelía desistir..
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El cerdito Pepito, se quitó el sombrero, bajó la cabeza e iba a embestir al oso con fiereza.
Bernarda, viendo que la desgracia se acercaba, la colmena golpeó, y las abejas, enrabietadas, al cerdito y al oso hicieron correr a más no poder.
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En fin, que el cerdito Pepito era tan gamberro y tan bonito, que a Bernarda, la angelita de la guarda, tanto le gustó, que a diosito le pidió volver a ser mortal para poder estar con un cerdito tan especial. Diosito hizo lo imposible, posible, y la cerdita inmortal se volvió mortal.
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El cerdito Pepito cuando a Bernarda conoció también le gustó.
El cerdito Pepito cuando a Bernarda conoció también le gustó.
-¿Qué hace por aquí una cosita tan bonita?
-Buscar bellotas para ponerme las botas.
-Sé de un lugar donde te vas a hartar.
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Lo que no sabían era que sin angelita de la guarda el cerdito Pepito ya no podía liarla parda, y como con el jabalí Lui se peleó, su suerte se acabó.
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Bernarda, desesperada, con diosito volvió a hablar, y diosito la volvió a ayudar.
Ahora están los dos en cielo, porque, niños y niñas, chavalas y chavales, aunque no lo creáis también hay un cielo para los animales.
Ahora están los dos en cielo, porque, niños y niñas, chavalas y chavales, aunque no lo creáis también hay un cielo para los animales.
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MORALEJA: Cuando te visite la desesperación y pienses que nadie te puede ayudar hacia arriba debes de mirar, nada tienes que perder y mucho que ganar.
Fin
MORALEJA: Cuando te visite la desesperación y pienses que nadie te puede ayudar hacia arriba debes de mirar, nada tienes que perder y mucho que ganar.
Fin
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