El cuento de los ojos de la noche
Un cuento muy viejo cuenta que estaba Dios descansando, un tiempo después de la Creación, cuando llegó un ruiseñor a su lado y le dijo muy enfadado:
-No hay derecho a lo que ha hecho.
-Te he dado un cante privilegiado. ¿Por qué estás enfadado?
-Estoy enfadado porque todos los pajaritos, feos y bonitos, por la noche, al quedar dormidos, ante los animales depredadores quedamos vendidos.
-Vete tranquilo, ruiseñor, le pondré ojos a la noche y os irá mejor.
-No hay derecho a lo que ha hecho.
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Dios, todo paciencia y amor, le dijo al ruiseñor:
Dios, todo paciencia y amor, le dijo al ruiseñor:
-Te he dado un cante privilegiado. ¿Por qué estás enfadado?
-Estoy enfadado porque todos los pajaritos, feos y bonitos, por la noche, al quedar dormidos, ante los animales depredadores quedamos vendidos.
Dios, lo acarició, y con esas palabras lo tranquilizó.
-Vete tranquilo, ruiseñor, le pondré ojos a la noche y os irá mejor.
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-¿Los veremos? ¿Cuándo nos quieran cazar los sabremos?
-Cuando un: Uuu, uuuuuu, uuu, uuuuu, os despierte es porque os acecha la muerte.
-¿Los veremos? ¿Cuándo nos quieran cazar los sabremos?
-Cuando un: Uuu, uuuuuu, uuu, uuuuu, os despierte es porque os acecha la muerte.
Ese mismo día creo Dios el último animal. Un animal que a la Creación le puso el broche... y ojos a la noche.
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Y hasta aquí hemos llegado porque este cuento se ha acabado.
Fin
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