El rey de Mijas y sus tres hijas
------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------
Reinaba en el reino de Mijas y tenía tres hijas.
La Parca viendo que a su pueblo de hambre iba a matar, una noche lo fue a visitar, y le dijo que o abdicaba y en su lugar dejaba a una hija recta y de fiar que al pueblo dejase de ahogar o con ella la iba a llevar.
----------------------------------------------------------
Reinaba en el reino de Mijas y tenía tres hijas.
La Parca viendo que a su pueblo de hambre iba a matar, una noche lo fue a visitar, y le dijo que o abdicaba y en su lugar dejaba a una hija recta y de fiar que al pueblo dejase de ahogar o con ella la iba a llevar.
------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------
El rey, asustado, cuando la parca echó a volar, por vez primera a Dios le iba a rezar.
A la mañana siguiente a sus tres hijas mandó llamar y delante de cortesanas y cortesanos, así les iba a hablar:
-Mi trono voy a dejar y en una de las tres voy a abdicar. Rosalía, que me queréis es indiscutible.
¿Pero creéis que para el pueblo fui un rey imprescindible?
Rosalía, cera le comenzó a dar, pues quería reinar.
-Imprescindible como lo es la rosa al jardín. El pueblo os adora como la zarza adora a la mora.
------------------------------------------------------------
-¿Y vos, Lucía, la que por algún extraño motivo siempre quisisteis ser invisible? ¿Creéis que para el pueblo fui imprescindible?
-Lucía no le mintió, y así le hablo:
-Fuisteis imprescindible como el rencor, señor. Benevolente y de tan buen corazón como el que tiene el azor que por diversión destripa a un gorrión. ¿Cómo osáis preguntar si de norte a sur y de este a oeste dicen que sois peor que la peste?
------------------------------------------------------------
El rey, asustado, cuando la parca echó a volar, por vez primera a Dios le iba a rezar.
A la mañana siguiente a sus tres hijas mandó llamar y delante de cortesanas y cortesanos, así les iba a hablar:
-Mi trono voy a dejar y en una de las tres voy a abdicar. Rosalía, que me queréis es indiscutible.
¿Pero creéis que para el pueblo fui un rey imprescindible?
Rosalía, cera le comenzó a dar, pues quería reinar.
-Imprescindible como lo es la rosa al jardín. El pueblo os adora como la zarza adora a la mora.
-----------------------------------------------------------
-------------------------------------------------------------
-¿Y vos. María, creéis que fui un rey imprescindible y con sabiduría?
María también lo iba a adular, ya que ella también quería reinar.
-Imprescindible porque sois benevolente, y sabio porque con vos vive mejor la gente.
-------------------------------------------------------------
-¿Y vos. María, creéis que fui un rey imprescindible y con sabiduría?
María también lo iba a adular, ya que ella también quería reinar.
------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------
-¿Y vos, Lucía, la que por algún extraño motivo siempre quisisteis ser invisible? ¿Creéis que para el pueblo fui imprescindible?
-Lucía no le mintió, y así le hablo:
-Fuisteis imprescindible como el rencor, señor. Benevolente y de tan buen corazón como el que tiene el azor que por diversión destripa a un gorrión. ¿Cómo osáis preguntar si de norte a sur y de este a oeste dicen que sois peor que la peste?
--------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------
Los cortesanos pensaban que la iba a reprender, o lo que es peor, que la iba mandar prender, pero el rey de su trono se levantó y a los cortesanos y cortesanas, les espetó:
-Ella será mi heredera, será Lucía III.
Y hasta aquí hemos llegado porque este cuento se ha acabado.
MORALEJA: La verdad puede herir pero jamás se debe dejar de decir.
José Enrique Oti García.
-Ella será mi heredera, será Lucía III.
Y hasta aquí hemos llegado porque este cuento se ha acabado.
MORALEJA: La verdad puede herir pero jamás se debe dejar de decir.
José Enrique Oti García.
Comentarios
Publicar un comentario